Mi primer día como “arquitecta sustentable”
Artículo introductorio

Para mí siempre estuvo muy claro la maestría que quería o que quizás debía estudiar; la realidad es que no podría decir que la arquitectura sustentable era mi mayor sueño, de hecho, hay otras maestrías que me interesaban y que incluso eran más afines a mí. No sé si es un sentido de moralidad, o de responsabilidad social, pero había algo que me decía que todavía me faltaba un pedazo por comprender, eso que sientes cuando ignoras algo que crees que deberías de saber, cuando sientes que podrías estarlo haciendo mejor, y que cada vez que no lo haces, estas haciendo daño.
Decidí venirme a Barcelona, una ciudad muy hermosa, pero con algo mejor aun: un programa de arquitectura sustentable muy técnico, organizado y bien reconocido. Lo que he aprendido aquí no solo ha cambiado la forma en que veo la arquitectura, sino la manera en que veo el mundo, y aunque para mí, eso ya es mucho, no sería suficiente si no lo comparto con todo aquel que tenga el interés de escucharme e incluso con aquellos que no.
Este es solo, un pedacito de mi historia:
Llegue el primer día, nerviosa de empezar una etapa nueva, pero emocionada de conocer y comprender todo eso que deseaba. Obviamente me perdí (todos nos perdemos el primer día) y por fin llegué a un salón donde la clase estaba comenzando; era un grupo pequeño y de puras mujeres (sigo sin comprenderlo, pero parece que este año las mujeres queríamos salvar el mundo), me senté en un lugar vacío y mire a mi alrededor, todas nos veíamos buscando una cara conocida, o tan siquiera un gesto de complicidad. La verdad es que seguía sin creer que estaba ahí.
El maestro era un hombre bajito, de mediana edad y un tanto desaliñado (espero que Albert no vea esto), y yo solo pude pensar: de ninguna forma este hombre es arquitecto. Albert comenzó a explicar los alcances de la materia y todo eso con lo que siempre se inicia un semestre, después guardó silencio y comenzó a anotar fórmulas en el pizarrón, así, de golpe. No voy a decir que soy terrible en cálculo, pero tampoco me consideraría el crayón mas brillante; no me gustan mucho los números. Estaba asustada, pero tenía esperanza de que una vez que comenzará a hablar, me diera cuenta de que la cosa no era tan grave; claramente no fue así. En el momento en el que soltó el gis y se puso a explicar, pasaron por mi cabeza varias cosas:
- Este hombre claramente no es arquitecto, quizás físico cuántico o alguna otra profesión con palabras complicadas.
- Yo no me anoté a una maestría de física.
- El español que yo conocía hasta entonces, distaba en un 50% del que él estaba hablando (y no me refiero al acento)
- ¡Sáquenme de aquí!
De pronto este hombre, físico-no arquitecto-sabelotodo-cuánticococoparlante, frenó y volteó a vernos, incluso con las mascarillas puestas pudo ver nuestras caras de terror.
-Albert: ¿Alguien sabe cómo se mide la energía?
Busqué en mi repertorio de palabras difíciles: candelas, vatios, voltios, ¿Newtons?... ¿Kilocalorías?
Obviamente no dije nada. Un alma más valiente respondió (obviamente con mucho recelo)
-Alma valiente: ¿Watts? (W)
-Albert: Los watts son las unidades para medir potencia.
Silencio.
-Albert: ¿Alguien sabe cómo se mide la energía?
Silencio.
-Albert: La energía se mide en…
Su respuesta quizás es la palabra que más he escuchado en todo la maestría y bueno, ahora que la conozco se me aparece en cada esquina (en donde haya energía claro).
-Albert: Wh, más comúnmente kWh si se hace la conversión.
Silencio.
-Mi cabeza: ¿QUÉ?
-Albert: K-I-L-O-V-A-T-I-O-S-H-O-R-A
-Mi cabeza: OK.
Igual no había entendido nada, pero por lo menos ya sabía lo que significaban las letras.
Se podría decir que mi primer acercamiento con la arquitectura sustentable fue divertido (cuando lo cuento en retrospectiva), pero sobre todo hizo que me diera cuenta de varias cosas:
A. El primer acercamiento con la arquitectura sustentable es aterrador e incluso puede llegar a ser lo suficientemente frustrante como para tener ganas de abandonarlo:
-No lo hagas, los resultados valen la pena.
B. Siendo arquitectos, aprendices dentro de una corriente inclinada al diseño, sentimos que nos hacen falta las herramientas y conocimientos para entender este tipo de conceptos:
-La gran mayoría de los conceptos tienes sus bases en cálculo y trigonometría básica, solo hace falta las ganas de aprender y comprender.
C. A veces, puede parecer que estos temas son cosa de fisico-cuánticos, ingenieros o de algún avanzado en sistemas.
-En principio sí, si es cosa de ingenieros, pero eso no significa que no sea cosa nuestra también. La responsabilidad que tenemos como arquitectos es enorme; nuestras decisiones de diseño estarán intrínsecas en la forma de habitar cualquier espacio, incluso una vez terminada la obra, nuestras decisiones seguirán haciendo eco. Según un informe de la ONU para el Global Status Report for Buildings and Construction: En 2019 la operación y construcción de edificios produjo el 38% de todas las emisiones de CO2 relacionadas con la energía.
D. Hay mucho por hacer y decir que debemos hacerlo ya, quizás parezca obvio; la realidad es que, no solamente debemos hacerlo ya, sino que vamos tarde.
Pero, no podemos ayudar si no sabemos cómo.
-Y justamente, de eso trata este espacio; de compartir y enseñar, a medida de mis posibilidades, un poco de lo que he aprendido. No pretendo, ni por un segundo insinuar que lo sé todo, pero creo que justamente de eso se trata; de aportar nuestro pedacito de conocimiento a quien sea que pueda necesitarlo. Este problema es de todos y las soluciones no pueden mas que ser conjuntas también.
Este es un espacio para todos aquellos que como yo, quieren hacerlo bien, quieren hacerlo mejor.